No nos despegamos del dorado, siempre elegante y combinable con todo, desde perlas hasta nácar jade y pedrerías. Hoy os dejo dos collares con eslabones grandes y pequeños para que elijáis el que más os guste: flor de nácar o guardapelos dorados, mirando ya a San Valentín.
Para aquellas que no sepan de dónde vienen estos complementos, os contaré un poco su historia. Los primeros guardapelos, tal y como los conocemos hoy día, pertenecen a la época victoria. Se entregaban como regalos de condolencia a aquellas personas que perdían un ser querido, y contenían pequeños mechones o almohadillas con gotas de perfume. Con el paso del tiempo se convirtieron en objetos románticos, pequeños relicarios donde guardar recuerdos de personas amadas, de ahí la forma de corazón de muchos otros guardapelos.
Actualmente, estos complementos suelen albergar pequeñas fotografías y suele regalarse a la mujer, que lo llevará al cuello o en la muñeca en pulseras delicadas.Ya sabéis, chicas. Pedid uno!
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